Donald A. Norman nació en Estados Unidos el 25 de diciembre de 1935 y actualmente trabaja como profesor de ciencia cognitiva en la Universidad de California.
Fue el fundador del Nielsen Norman Group, un grupo de ingenieros y psicólogos que dedicaban sus investigaciones a la usabilidad, siendo también una consultoría sobre este tema.
La usabilidad y la psicología cognitiva son temas muy recurrentes en sus libros, como en Emotional Desing o Things That Make Us Smart, analizando los problemas del diseño de los objetos que nos rodean, el tipo de conocimiento que cada uno requiere y cómo la psicología de las emociones se relaciona con el diseño.
En esta obra Donald A. Norman tiene como objetivo principal mostrar el porqué nos gustan o no los objetos explicándolo y relacionándolo mediante los diferentes niveles emocionales, visceral, conductual y reflexivo.
Divide el libro en dos partes: el significado de los objetos y el diseño en la práctica. Dentro de cada una de éstas, se divide en diferentes capítulos.
Donald Norman comienza con un estudio de Alice Isen explicándonos qué es la emoción y junto a Andrew Ortony y William Revelle, hace una diferenciación entre los tres niveles conductuales de los que hablan en sus estudios: visceral, conductual y reflexivo.
El contenido del libro nos ha servido para saber porqué nos gustan, o no, los objetos de nuestro alrededor desde un punto mucho más científico, más allá del nivel visceral. Gracias a esto, ahora podemos atender a aspectos del diseño que antes desconocíamos, usando la carga sentimental como estrategia de marketing, por ejemplo.
Por otra parte, al principio de la obra se explica una metodología para realizar un proceso de diseño, usando tanto estímulos positivos como negativos para obtener creatividad y rigurosidad. Junto a esto podemos unir los términos de usabilidad, compresibilidad y sensibilidad física, podemos optimizar nuestros resultados, ya que son aspectos que no han enseñado en las escuelas; algo que va más allá que la mítica frase de Louis H. Sullivan “la forma sigue a la función”.
Sin embargo, el ritmo de lectura del libro en ocasiones se hacía denso, y quizá algo repetitivo ya que muestra una cantidad considerable de ejemplos que redundan en los mismos aspectos que se han comentado anteriormente.
Curiosamente, en todo momento, el autor trata de explicar de una manera muy racional, porque nos gustan estos objetos. Sin embargo, él mismo dice que el gusto, es algo que proviene de nuestra experiencia y cultura, por lo que al ser algo tan abstracto no sabemos hasta qué punto podríamos servirnos de lo que nos enseña.
En este momento se abriría un debate sobre qué es la estética y cómo la percibe cada individuo. Donald A. Norman define la belleza como un sentimiento, esos sentimientos los lleva al campo de la neurología, de ahí nos habla de las sustancias químicas que segrega nuestro cerebro y de ahí podríamos llegar a los principio de la física que nos explicaran el porqué creamos esas sustancias. Pero esto es una manera muy fría de explicar algo tan subjetivo como la belleza. Con esto no queremos decir que estamos en desacuerdo con su posición, sino destacar que aún falta mucho para poder entender porque nos gustan (o no) los objetos que vemos.
En la actualidad, después de esta publicación, Donald Norman ha tenido una repercusión muy grande en la enseñanza del diseño, ya que provocó un cambio en cómo entendemos los objetos y que significan para nosotros.
Si el diseño quiere estar a la altura de su promesa, debe crear un nuevo y duradero currículum para su enseñanza donde se fundan la ciencia y la tecnología, el arte y los negocios, y, desde luego, todo el conocimiento de la universidad.
Reseña de:
Cristina Ruiz Ruiz
Nacho Carrera Flórez de Quiñones
Diseño gráfico. 2DGABM. 2020-2021, EASD València
Asignatura: Cultura del Diseño